El nuevo paradigma educativo que viene produciéndose en el país, está enmarcado en el proceso de enseñanza – aprendizaje como un continuo humano que va desde la gestación hasta la vejez, con un desarrollo educativo con coherencia y cohesión, que va desde la educación inicial hasta la culminación de sus estudios superiores, y que tiene que ver con lo pedagógico curricular y también con el ¿qué? ¿Para qué? y el cómo?, donde el ser – conocer- saber y hacer, deben ofrecerse con afectividad, justicia y libertad de acción sustituyendo la exclusión, atendiendo a la interculturalidad y la adaptación a los cambios donde el maestro sea el sujeto de construcción y reconstrucción de saberes y un objeto que propicie la transformación